23/03/2022

El quebrantahuesos pasa de 30 ejemplares a más de 1.000 en España

Por sromero

Esta ave carroñera estuvo al borde de la extinción; en la década de los 80 apenas quedaban 30-40 ejemplares. 25 años después, incluso hemos asistido al primer nacimiento de un quebrantahuesos en libertad durante este 2021.

El quebrantahuesos (‘Gypaetus barbatus’) es un ave carroñera impresionante. Inconfundible, con sus cerca de tres metros de envergadura. Su silueta volando por los Pirineos es una de las más icónicas de la naturaleza española. Las alas oscuras y finas se estrechan en su cuerpo, mientras que la cola es larga y en forma de cuña. El cuerpo, las patas y la cabeza son de un blanco sucio, aunque deliberadamente se tiñen de color naranja oscuro utilizando óxidos de hierro que encuentran en la roca calcárea cuando están disponibles. Este animal es único en el aprovechamiento de las carroñas, al consumir tendones, huesos… fragmentando cada pieza al dejarla caer desde gran altura sobre las rocas. Siempre ha sido una criatura superviviente, adaptada a vivir en ambientes muy duros entre las montañas.

Y estuvimos a punto de perderla. La persecución directa e indirecta (caza, venenos, coleccionismo, colisión de líneas eléctricas o la electrocución) a la que fue sometida la especie provocó la extinción o casi extinción de la mayoría de macizos montañosos, confinándola finalmente en el siglo XX a algunos macizos de Pirineos (España y Francia), Córcega, Grecia y Balcanes. Es un ave que solo vive en áreas montañosas altas, generalmente entre 500 y 4.000 metros, por lo que tienen un hábitat muy cerrado.

Fue víctima directa de la persecución contra los grandes carnívoros, al igual que pasó con nuestro preciado lince ibérico (un tándem de miedo y desconocimiento), que de menos de un centenar de ejemplares repartidos entre la Sierra de Andújar y Doñana, hemos pasado a superar los 1.000. En Andalucía, el último ejemplar de quebrantahuesos desapareció en 1986. Y es que, aunque en sí mismo nunca ha representado una amenaza para las actividades humanas, sí ha sido víctima colateral de prácticas como la colocación de cebos envenenados contra los lobos o los osos, así como el deterioro de su hábitat.

La especie carroñera más amenazada de Europa

Afortunadamente, el caso del quebrantahuesos se ha tornado similar al del lince ibérico. Está en estado de recuperación, al pasar de apenas 30 individuos en todo el territorio a más de 1.000 en nuestro país. Así lo describía un estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC)-CSIC que estimaba, por primera vez, la población total de esta especie en peligro de extinción con un método en el que quedan reflejados los ejemplares errantes. Hay un 64% más de los contabilizados hasta ahora. La población del buitre en los Pirineos se encuentra entre 937 y 1.119 ejemplares, de los que el 36% son parejas reproductoras, que están asentadas en territorios.

Esta ave rapaz perteneciente al grupo de los buitres está recuperándose poco a poco gracias, entre otras cosas, a los esfuerzos de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), una organización no gubernamental que se dedica a promover y desarrollar proyectos de reintroducción y conservación en los hábitats de montaña donde vive el quebrantahuesos.

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