30/09/2021

La deforestación podría desencadenar la siguiente pandemia

Por sromero

La evidencia científica de que la deforestación y el cambio climático aumentan la propagación de enfermedades es cada vez más contundente. Hay nuevos datos que arrojan luz sobre este problema

Durante años, los epidemiólogos y la Organización Mundial de la Salud planificaron el advenimiento de una enfermedad desconocida, denominada simplemente ‘Enfermedad X‘. Estaban convencidos de que sería altamente contagiosa, no identificada previamente y que causaría una gran epidemia internacional. A pesar de esto, no nos dimos de bruces con ella hasta que el virus de la COVID-19 ya había infectado a decenas de personas en Wuhan, China.

Los virus zoonóticos son responsables de una larga lista de enfermedades: VIH, Ébola, Sars, Zika, gripe porcina… y cada año, se descubren entre dos y cinco nuevos virus de este tipo (es una realidad que durante las últimas tres décadas, han aumentado los brotes de enfermedades zoonóticas, es decir, aquellas que pasan de los animales a los humanos).

Vivimos en la era de las pandemias

Y es que las enfermedades no surgen de cualquier parte. Normalmente provienen de los límites de la selva tropical y lugares con gran diversidad, donde los seres humanos y las especies animales se mezclan. Estos ‘puntos críticos‘, son los más verosímiles para la propagación de enfermedades de animales a humanos y están estrechamente vinculados a cambios ambientales como la deforestación.

De hecho, a medida que los seres humanos estamos alterando el planeta de formas obvias y no tan obvias, según algunos cálculos, nuevos virus están emergiendo con mayor frecuencia que antes.

¿Qué papel juega la deforestación?

No podemos obviar que los bosques son vitales en nuestro planeta. Alimentan ecosistemas expansivos que sustentan la biodiversidad global, producen oxígeno, son esenciales para nuestra salud mental y, más recientemente, hemos descubierto el papel que desempeñan en la regulación de las enfermedades de animales que pueden saltar a los humanos.

Continúa leyendo en ElConfidencial