Rascacielos de madera: la gran apuesta de la construcción sostenible
En 2050, según datos de la ONU, alrededor del 68% de la humanidad vivirá en ciudades, lo que significa más viviendas, más carreteras, más infraestructura; todo ello consumiendo el 78% de la energía y produciendo el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta.
Las perspectivas de población mundial en el futuro con este auge imperativo en la construcción no auguran nada bueno en nuestra gesta para limitar los efectos del cambio climático en la Tierra. Para hacer todas esas viviendas que vamos a necesitar, se requerirá mucho acero y hormigón, dos de los materiales más comunes empleados en el sector de la construcción.
La bioconstrucción permite reducir las emisiones de CO2 asociadas a la edificación y mejorar la habitabilidad
No podemos obviar el dato de que la fabricación de estos componentes supone un 8% de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono de todo el mundo. Si queremos y precisamos de esta expansión pero, a la vez, abogamos por una edificación más respetuosa con el medio ambiente… está claro que nuestras ciudades tendrán que estar hechas de otra cosa. ¿Qué tal madera?
Noruega, Austria, China…
A pesar de que hubo un tiempo en que estos edificios de madera eran territorio exclusivo de diseñadores conceptuales, gracias a los cambios en las regulaciones de construcción y las actitudes cambiantes hacia este material, se están convirtiendo rápidamente en una realidad.
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